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El Juli y Miguel Ángel Perera han protagonizado una gran tarde de toros en el mano a mano que ha tenido lugar en la plaza de toros de Gijón después de cortar tres y dos apéndices respectivamente. Ambos han salido a hombros pero más allá de las orejas, han derrochado disposición, competencia total en el ruedo, variedad y sobre todo... gran toreo en varios momentos de la tarde.
Quites, largas y faroles de rodillas en el tercio, gaoneras, lopecinas...fueron muestra de la variedad con la capa que derrocharon ambos diestros. La guinda la puso Miguel Ángel Perera cuando se decidió a protagonizar el tercio de banderillas de su segundo toro.
La actuación más rotunda ha sido la cuajada por El Juli al tercer toro. Tanto el madrileño como el de Parladé han puesto la plaza de Gijón boca abajo en veinte minutos apasionantes en los que El Juli ha cuajado una gran e importante faena, de las mejores de su temporada que le han valido las dos orejas.
Ese toro de Parladé, al que han pedido la vuelta al ruedo, ha derrochado calidad y clase aunque, justo es decir, que cayó en una de las mejores posibles. Las de El Juli que lo vio pronto, lo gestionó con inteligencia y lo rompió también con toreo de muchos quilates, toreando con el compás abierto, encajando los riñones, bajando la mano, rematando cada muletazo detrás de la cadera...y no sólo por el pitón derecho, sino también por el izquierdo, en soberbios naturales que levantaron los olés más rotundos de toda la feria de Gijón. Julián remató de una gran estocada. Dos orejas de ley que se suman a la cosechada con el que abrió plaza, con el que volvió a dar una buena dimensión.
Lo cuajó ya desde el capote, con templadas verónicas y estuvo muy roto y enfibrado con la muleta. Parecido planteamiento al del tercero, aunque distinto resultado por un toro que, pese a querer, no siempre pudo. Acusó la falta de fuerzas lo que provocó que la faena no tuviera el mismo nivel.
El quinto, al que realizó un quite por lopecinas reverdeciendo sus primeros años de matador, fue uno de los más deslucidos. Justo de fuerza y raza, sufrió una voltereta cuando entro a quites Julián lo que mermó aún más su endeble condición. Juli, con buen criterio y visible enfado por no poder redondear su tarde, abrevió.
Por su parte, Miguel Ángel Perera ha vuelto a cuajar una gran tarde. Completa. El extremeño ha sido ovacionado en su primero, un toro noble pero sin apenas empuje en la muleta. El extremeño ha estado muy templado y relajado, dejando muletazos de impecable interpretación aunque sin conseguir que la faena prendiera por la falta de transmsión del toro.
Tras el faenón de Juli al tercero, Perera se rebeló. Arreadísimo salió el pacense. El cuarto fue un toro que pareció mejor, incluso bueno a tenor de la ovación que el público le dedicó en el arrastre, con Perera delante. Toro bajo de raza, que nunca se entregó, y al que banderilleó con voluntad Perera. La faena fue generosa y el trato de Perera mejor de lo que el animal merecía. Muy por encima. Con el toro aplomado al final se pegó un arrimón tremendo el torero dejándose llegar el toro hasta literalmente la banda de la taleguilla. Consciente, seguro, sobrado. Oreja de ley.
Con el sexto pudo Perera por fin romperse por momentos. El toro se dejó hacer y Perera cuajó muletazos extraordinarios, en el patrón de pureza y clasicismo que está marcando su temporada. Perdió Perera dos o tres orejas facilmente esta tarde con la espada y en este sexto, se le escapo la segunda que tenía cortada con fuerza.
Quites, largas y faroles de rodillas en el tercio, gaoneras, lopecinas...fueron muestra de la variedad con la capa que derrocharon ambos diestros. La guinda la puso Miguel Ángel Perera cuando se decidió a protagonizar el tercio de banderillas de su segundo toro.
La actuación más rotunda ha sido la cuajada por El Juli al tercer toro. Tanto el madrileño como el de Parladé han puesto la plaza de Gijón boca abajo en veinte minutos apasionantes en los que El Juli ha cuajado una gran e importante faena, de las mejores de su temporada que le han valido las dos orejas.
Ese toro de Parladé, al que han pedido la vuelta al ruedo, ha derrochado calidad y clase aunque, justo es decir, que cayó en una de las mejores posibles. Las de El Juli que lo vio pronto, lo gestionó con inteligencia y lo rompió también con toreo de muchos quilates, toreando con el compás abierto, encajando los riñones, bajando la mano, rematando cada muletazo detrás de la cadera...y no sólo por el pitón derecho, sino también por el izquierdo, en soberbios naturales que levantaron los olés más rotundos de toda la feria de Gijón. Julián remató de una gran estocada. Dos orejas de ley que se suman a la cosechada con el que abrió plaza, con el que volvió a dar una buena dimensión.
Lo cuajó ya desde el capote, con templadas verónicas y estuvo muy roto y enfibrado con la muleta. Parecido planteamiento al del tercero, aunque distinto resultado por un toro que, pese a querer, no siempre pudo. Acusó la falta de fuerzas lo que provocó que la faena no tuviera el mismo nivel.
El quinto, al que realizó un quite por lopecinas reverdeciendo sus primeros años de matador, fue uno de los más deslucidos. Justo de fuerza y raza, sufrió una voltereta cuando entro a quites Julián lo que mermó aún más su endeble condición. Juli, con buen criterio y visible enfado por no poder redondear su tarde, abrevió.
Por su parte, Miguel Ángel Perera ha vuelto a cuajar una gran tarde. Completa. El extremeño ha sido ovacionado en su primero, un toro noble pero sin apenas empuje en la muleta. El extremeño ha estado muy templado y relajado, dejando muletazos de impecable interpretación aunque sin conseguir que la faena prendiera por la falta de transmsión del toro.
Tras el faenón de Juli al tercero, Perera se rebeló. Arreadísimo salió el pacense. El cuarto fue un toro que pareció mejor, incluso bueno a tenor de la ovación que el público le dedicó en el arrastre, con Perera delante. Toro bajo de raza, que nunca se entregó, y al que banderilleó con voluntad Perera. La faena fue generosa y el trato de Perera mejor de lo que el animal merecía. Muy por encima. Con el toro aplomado al final se pegó un arrimón tremendo el torero dejándose llegar el toro hasta literalmente la banda de la taleguilla. Consciente, seguro, sobrado. Oreja de ley.
Con el sexto pudo Perera por fin romperse por momentos. El toro se dejó hacer y Perera cuajó muletazos extraordinarios, en el patrón de pureza y clasicismo que está marcando su temporada. Perdió Perera dos o tres orejas facilmente esta tarde con la espada y en este sexto, se le escapo la segunda que tenía cortada con fuerza.
FICHA DE LA CUARTA DE LA FERIA DE GIJÓNGijón. Miércoles 13 de agosto. 4ª de Feria. Más de tres cuartos. Se han lidiado toros de Parladé, desiguales de hechuras y presencia. También de dispar juego. De buen juego aunque flojos en conjunto salvo 4º y 5º, sin raza. Destacó un gran toro tercero, al que se le pidió la vuelta al ruedo y fue ovacionado en el arrastre.
El Juli, oreja, dos orejas y ovación con saludos.
Miguel Ángel Perera, saludos tras aviso, oreja y oreja tras aviso
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